Todo comenzó un 17 de octubre de 1996. Tres jóvenes con mentes muy inquietas y una gran iniciativa emprendedora, dada su extensa experiencia en el oficio del lacado y restauración del mueble, se unieron para poner en marcha un proyecto, bueno, más que un proyecto, un sueño, una ilusión, que se llamó LOHERMA. Los comienzos como todo en esta vida son muy duros, pero poco a poco fueron haciéndose hueco en un mercado laboral que venía de pasar una etapa muy dura, y que a partir de esos años fue poco a poco en auge.